El modelo de economía circular, surge porque vivimos rodeados de plástico: en la cocina, en la oficina, en el hospital, en el automóvil y hasta en el teléfono móvil.
Este material tan versátil, económico y duradero forma parte esencial de nuestra vida moderna. Sin embargo, durante años se ha satanizado su uso como si el plástico en sí fuera el enemigo. La realidad es otra: el verdadero problema está en cómo lo usamos y desechamos. Por ello, la economía curcular busca transformar nuestra relación con dicho material.
¿Qué es la economía circular?
La economía circular es un sistema de producción y consumo que busca reducir al mínimo los residuos y aprovechar al máximo los recursos. En lugar de seguir el modelo tradicional de “usar y tirar” (economía lineal), propone un ciclo donde los productos, materiales y recursos se reutilizan, reciclan y regeneran durante el mayor tiempo posible.
En el caso del plástico, esto significa diseñar, fabricar, usar y recuperar los productos de tal manera que no se conviertan en basura después de un solo uso.
El plástico no es el enemigo
Es importante entender que el plástico no es malo por naturaleza. De hecho, ha revolucionado industrias enteras:
- En la medicina, se usa en jeringas, bolsas de suero y prótesis.
- En la industria alimentaria, protege productos y extiende su vida útil.
- En el transporte, reduce el peso de los vehículos y ayuda a disminuir emisiones.
El problema radica en cómo lo gestionamos. Muchos productos de plástico, especialmente los de un solo uso, se descartan rápidamente y acaban en vertederos, ríos u océanos. Esto no es una falla del material, sino de nuestro sistema de consumo.
¿Cómo se aplica la economía circular al plástico?
Adoptar la economía circular en plásticos implica varios procesos clave:
1. Diseño inteligente: Los productos deben diseñarse pensando en su reutilización, esto incluye evitar mezclar materiales dificiles de reciclar.
2. Producción responsable:La planta de fabricación debe contar con tecnología amigable con el medio ambiente y evitar más contaminación.
3. Consumo consciente: Como consumidores, podemos alargar la vida útil de los productos de plástico y comprar responsablemente es parte del cambio.
4. Reciclaje y reutilización: Aquí es donde todos jugamos un papel clave. Separar correctamente los residuos y fomentar su recolección para su transformación es fundamental para que el ciclo no se rompa.
¿Y cómo puedes contribuir tú?
No se trata de dejar de usar plástico por completo, sino de usar mejor. Algunas ideas prácticas:
- Participa en programas de reciclaje en tu comunidad.
- Reutiliza envases antes de desecharlos.
- Apoya a negocios que implementen políticas circulares en su producción.
Para Plastimex, es importante mantener una relación cordial con el medio ambiente, para lograrlo, en nuestra planta realizamos distintas acciones que nos permiten ser una empresa responsable con el medio ambiente, como:
- Sistema de captación de agua de lluvia, que permite almacenar y filtrar el agua para su uso.
- Energía solar que alimenta la fábrica.
- Nuestros envases son 100% reciclables y cuentan con el sello que identifica el tipo de plástico, facilitando su separación.