La problemática medio ambiental
La contaminación se ha vuelto un problema de gran relevancia desde mitades del siglo pasado, pero en las últimas décadas se ha hecho más visible y grave, es por eso que el cuidado del medio ambiente es hoy uno de los ejes principales de distintos sectores de la sociedad. A raíz de la presión ejercida por algunos grupos de la población la industria se vió forzada a implementar cambios en sus materiales, formas de producción, distribución, embalaje, entre otros. Es cierto que no se ha podido erradicar la problemática por completo, pero existen avances muy claros en relación a la sustentabilidad de productos fabricados con materiales que dañan nuestro entorno.
Cuando los daños comenzaron a ser cada vez más evidentes el gobierno tuvo que encarar a la industria, en un primer momento se lanzaron recomendaciones con el fin de mitigar el impacto, sin embargo, estas medidas resultaron endebles, eran tomadas en cuenta por muy pocos o a conveniencia. Las malas prácticas debieron resultar en prohibiciones que limitaban el uso de productos o las emisiones de gases tóxicos de una fábrica imponiendo multas para aquellos que no cumplieran con lo indicado. De poco han servido todo este tipo de medidas pues para la industria resulta fácil sobornar a las autoridades con el fin de continuar con su línea de producción.
Corrupción, impunidad y contaminación
No hace falta ir muy lejos para entender el grado de descomposición que existe en muchos de los niveles de gobierno e industria, el 6 de agosto de 2014 Grupo México derramó 40 mil litros de sulfato de cobre acidulado en los ríos Buchanachi y Sonora provenientes de la mina Buenavista del Cobre, afectando a miles de personas de las comunidades aledañas. Considerado como el peor desastre minero en el país, a 5 años los estragos de la catástrofe están presentes.
El gobierno impuso una penalización y se creó un fideicomiso de 1,250 millones de pesos con el fin de resarcir el daño causado, sin embargo, en 2017 aseguraron que los fondos se habían acabado a pesar que no se demostró la entrega de 750 millones. Al paso del tiempo se descubrió que los beneficiarios fueron particulares, un de los principales se trataba de Carlos Roja Mota dueño de Rotoplas y primo de Germán Larrea que encabeza Grupo México. Otra parte del dinero se fue a una Asociación Civil creada por Rodolfo Lacy, subsecretario de la Semarnat en ese momento.
La explosión en la mina Pasta de Conchos fue también en una de sus minas ubicadas en Coahuila en donde perecieron 65 mineros en 2006, en este año son autores del derrame en el Río San Martín y en el Mar de Cortés de materiales tóxicos. A pesar de la afectación que han sufrido habitantes, fauna, flora y demás recursos naturales, Grupo México no ha sido sancionado enérgicamente por ninguno de los gobiernos; al contrario, son beneficiarios de cientos de contratos por parte de la Secretaría de Energía o la Conagua por mencionar algunos con vigencia de hasta 50 años. La regularización, prohibición o multas parecen importar poco en un país donde se privilegia el valor monetario sobre la calidad de vida, salud, seguridad, entre otros. Poco importan los niveles de arsénico, plomo y cadmio presentes en agua, habitantes o alimentos.
El reto para la industria plástica
La contaminación generada por los envases plásticos principalmente en mares, plantea un problema desafiante para el sector. En primer lugar, se debe cambiar la visión que tiene la población, esta mirada podemos abordarla desde dos perspectivas, la primera es regulatoria, englobando todas las acciones que restringen o prohíben el consumo de determinados plásticos como bolsas, envases, recipientes; generalmente este tipo de acciones se da por parte del gobierno, sin embargo, este modelo está quedando ya obsoleto, no es una solución viable para reducir la contaminación e impacto que tiene este sector de la industria debido a la corrupción e impunidad entretejido en los distintos niveles de gobierno e industria.
Es un hecho que el plástico es un elemento que la vida moderna requiere. La reutilización y el reciclaje es un modelo en el que si se puede apostar para la búsqueda de una economía circular. Un gran número de empresas están dirigiendo sus objetivos para utilizar materiales reciclados en la fabricación de nuevos envases o recipientes. Si bien el plástico en general es un material contaminante, más de la mitad de residuos corresponden a envases, bolsas y otros empaques de productos.
La otra cara de la moneda versa sobre innovación, se apuesta por la promoción de tecnologías que utilicen procesos más eficientes para diseñar, fabricar o reutilizar este tipo de materiales, esto daría como resultado la utilización de menos resina, energía eléctrica, agua, etc. Hay que aceptar que la manipulación, tiempo de vida, transportación e higiene es más sencilla y económica en recipientes, bolsas o envases plásticos.
Ambos ejes constituyen la verdadera solución, si bien es necesario apostar por nueva tecnología, es cierto que el apoyo ciudadano en estos temas es fundamental, el correcto trato de estos materiales darán como resultado un mejoramiento al bienestar del medio ambiente y por tanto aumentará la calidad de vida. Vigilar el cumplimiento de leyes y acciones que contribuyan a disminuir el agravio sufrido al medio ambiente es una tarea que corresponde necesariamente a la sociedad civil que no tiene intereses particulares más allá que el bienestar social. Como fabricantes de envases, en Maxipet estamos comprometidos con estos objetivos, nuestra meta es hacer una sinergia para lograr un equilibrio entre economía, ambiente y sociedad.